Chile en el siglo XX (V Parte)

Chile en el siglo XX (V Parte)

LA LUCHA POR EL PODER Y LOS CAMBIOS 1956-1970.

El periodo que va de 1956 a 1970 se caracteriza porque la humanidad continua viviendo un inestable equilibrio de paz armada entre las grandes potencias mundiales, Estados Unidos y la Unión Soviética. Sin embargo, parece que la coexistencia pacífica empieza a imponerse en las relaciones de los Estados, pese a algunas crisis dramáticas como el acontecimiento de los cohetes en Cuba, en octubre de 1962. La otra gran tendencia de la humanidad es la lucha contra los resabios del colonialismo y del imperialismo, cuyo punto culminante es la guerra del Vietnam, donde el pueblo asiático libra una heroica lucha por su libera nacional haciendo frente a una de las grandes potencias del mundo.

En el período es posible visualizar la profundidad y la gravedad de los problemas que agobian a los países en vías de desarrollo. Son estos complejos asuntos de las naciones del denominado Tercer Mundo los que contribuyen a la inestabilidad social y constituyen una amenaza creciente a la paz internacional. Los dos tercios de la humanidad, agrupados en América latina, Asia y África, han obtenido la independencia política e inician la reconstrucción de sus sociedades nacionales. En nuestro continente, y dentro de la tendencia señalada, el punto cumbre es el comienzo de la Revolución Cubana en enero de de 1959, que inicio la construcción de una sociedad socialista. Por otra parte, Estados Unidos esboza por entonces, la política de la Alianza para el Progreso, planteamiento que estuvo en vigencia hasta 1965 cuando las tropas norteamericanas invadieron la República Dominicana. Chile, al promediar esta etapa (1960), es un país con 7.375.000 habitantes y hacia el fin del período (1970), su población alcanzaba los 9.555.600 habitantes, señalando una tendencia demográfica importante de la sociedad nacional. Por otra parte, en 1960 el 66,5% de la población vivía en las ciudades, porcentaje que en la actualidad alcanza un promedio superior. La creciente urbanización del país ha generado un sinnúmero de problemas, de los cuales el de los pobladores o habitantes marginales es uno de los más relevantes. Otro aspecto que interesa destacar es el hecho de que un 37,4% tiene una edad menor de 15 años, lo que revela el papel importante de de las generaciones jóvenes en el devenir social.

La economía del país no se aparta de las estructuras y tendencias básicas que hemos descrito. El cobre continúa siendo la espina dorsal del país, estando reguladas sus actividades productivas durante gran parte de esta etapa, por la ley del Nuevo Trato para las grandes empresas extranjeras del mineral. El fracaso de esta política cupiera y del Estado de Chile y las compañías norteamericanas de la gran minería del cobre. Este nuevo planteamiento se traduce en los denominados Convenios del Cobre, que se expresaron en una ley promulgada en 1966, que asocia al gobierno con las empresas productoras. Se crea una nueva sociedad, El Teniente S.A., en que el Estado es propietario del 51% de las acciones manteniéndose el resto en manos de los inversionistas extranjeros. En las explotaciones futuras como la Exótica y Río Blanco el porcentaje sería de un 25% para el gobierno. Igual criterio existía para las sociedades subsidiarias de la Anaconda Co. (Chuquicamata y El Salvador), pero en 1969 se extendió la asociación para estos minerales. Esta política perseguía la chilenización del capital de las empresas; sed conserva la administración general en manos de sus antiguos propietarios y se les concede franquicias tributarias; medidas tendientes a aumentar la producción del metal rojo a un millón de toneladas.

Las crecientes demandas de la economía nacional y en especial el gasto del Estado, han generado otro factor importante a las tendencias económicas del país: el endeudamiento externo, que ha alcanzado un monto considerable y que ha tenido que ser materia de negociaciones sobre el pago y amortización en los primeros meses de la administración de Frei.

Los demás aspectos de la vida económica nacional revelan un estado de crisis. Tal es el caso de la agricultura, que con su estructura de tenencia de la tierra, baja productividad, la creciente importación de artículos alimenticios, los bajísimos niveles del campesinado, etc., obligan a los gobiernos a iniciar la reforma agraria. En 1962 se promulga la primera iniciativa legal de limitados alcances, para ser reemplazada por otra ley en 1967, que realmente inicia un proceso de transformación gradual del agro chileno. Se han creado organismos como la Corporación de la Reforma Agraria (CORA) y el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), y se han organizado diversos servicios agrícolas para afrontar esta tarea fundamental para el desarrollo del país.

El crecimiento industrial del país prosigue a un ritmo lento, pese a! auge de algunos sectores, como la construcción. Sin embargo, la economía nacional, en su conjunto sigue exhibiendo promedios de crecimiento bajos, que sólo cubren el crecimiento vegetativo de la población; el Estado sigue jugando el papel más destacado en la promoción de las nuevas actividades como la industria química, la de la celulosa, la automotriz, etc.

La política económica general, y en particular los criterios anti-inflacionistas, son el mismo establecidos en 1956. En los años siguientes, subsiste este planteamiento, promulgándose diversas leyes de estabilización de las remuneraciones y perfeccionándose los procedimientos para mantener los sueldos y salarios a niveles inferiores al índice del costo de la vida. Hubo años incluso que ni siquiera se promulga la ley anual de reajustes de sueldos y salarios, confiando al gobierno en su criterio de estabilización. Sin embargo, toda esta política económica se derrumba en diciembre de 1961, retornando la espiral inflacionaria en forma virulenta. El cambio de gobierno de 1964, significa en materias antiinflacionista nuevos enfoques, como el otorgamiento de reajustes de acuerdo al alza del costo de la vida, mejoramiento del sector rural, redistribución del ingreso a favor de grupos menos favorecidos y tentativa de establecer objetivos anuales para ir reduciendo la tasa de inflación. Sin embargo, todo parece indicar, ya en las postrimerías de la administración de Frei Montalvo, que la inflación reaparece con tasas relativamente altas frustrando de nuevo la posibilidad de controlar este fenómeno.

El país ha estado evolucionando en los últimos años hacia una estratificación social compleja y variada, producto de la creciente urbanización, el desarrollo de la política de industrialización y la extensión de los servicios del Estado. La población activa del país alcanza a un 32%, incluyendo empresarios.

Nuevos sectores sociales se incorporan a las luchas sociales del país. Uno de estos es el de los campesinos, que inician un proceso de organización de sindicatos, cooperativas y otro tipo de organismos, estimulados por la puesta en marcha de la Reforma Agraria. El otro es el de los pobladores, habitantes de las poblaciones marginales, sector desorganizado socialmente, de instrucción mínima y que rodea los centros urbanos.

Una de las consecuencias de estos cambios sociales se refleja en la vida política del país. Uno de los efectos del movimiento social, es en 1956, con la orientación definitiva del gobierno hacia posiciones más conservadoras reflejadas en la ley del Nuevo Trato del cobre, la política de estabilización económica, las medidas represivas contra el movimiento sindical, realidades que crean situaciones favorables para la elección de un Presidente de la República continuar de estas líneas fundamentales. En las postrimerías del gobierno de Ibáñez se deroga la Ley de Defensa Permanente de la Democracia y se le reemplaza por una Ley de Seguridad Interior del Estado. También se promulga una nueva Ley de Elecciones, se establece la inscripción electoral obligatoria, la cédula única oficial, registros permanentes de inscripción y la obligatoriedad del voto, medidas que van ampliar en forma considerable el cuerpo electoral del país. Otra consecuencia importante es la constitución del Frente de Acción Popular (FRAP) integrada por Socialistas, Comunistas y Partido Demócrata nacional (PADENA), la alternativa política del movimiento obrero.

El sexenio del Presidente Jorge Alessandri continúa las tendencias fundamentales de la política de los últimos años de su antecesor. Esta administración es la expresión política más genuina de la burguesía nacional, tanto por su política como por la composición social de sus dirigentes, y por la actitud ética ante los problemas del país. El Presidente disfruta del amplio respaldo de los sectores empresariales, agrícolas, industriales, grandes comerciantes, el beneplácito de las empresas extranjeras y el apoyo político y parlamentario de los partidos tradicionales del país: conservador, liberal y radical. Mantiene sin grandes problemas el ejercicio de los derechos en la democracia formal, conserva la estructura social y se empeña en una política económica ortodoxa en la “libre empresa”, posición que sufre un colapso en 1961.

Sin embargo, todo este conjunto de actuaciones políticas, que tienden a mantener el status quo, no son compartidas por la mayoría del pueblo, que aspira a una política nueva de “cambios de estructuras” destinados a crear una nueva sociedad más justa e igualitaria. Dos fuerzas políticas captan este profundo anhelo del país. El Frente de Acción Popular y la Democracia Cristiana. El candidato presidencial de esta última agrupación triunfa bajo el siogan “revolución en libertad”, pese al apoyo electoral de las fuerzas tradicionalistas del país.

El Presidente Eduardo Frei Montalva alcanza la primera magistratura con lo que culmina una lucha de treinta años desde que formo parte del primer grupo demócrata cristiano: la Falange Nacional, Llega al poder encabezando un vasto movimiento populista de sectores de la clase media, obreros calificados, empleados, pequeños agricultores, grupos de campesinos y un gran apoyo femenino. Todo este movimiento es dirigido por un grupo de clase media alta unido alrededor del catolicismo como pensamiento original e inspirado en las ideas socialcristianas europeas. Su programa político le permitió captar a vastos sectores, ofreciendo, “modernizar” al país con métodos gradualistas o reformistas y con una perspectiva nacional y continental.

El gobierno s embarco en un vasto plan de reformas, como; convenios del Cobre, la Reforma Agraria, la Reforma Tributaria, la Reforma Educacional, la política antiinflacionista. Se hicieron grandes gastos sociales y se estimulo la organización sindical y se promulgo una nueva ley de Sindicalización Campesina. Se fomento la creación de Cooperativas, juntas de vecinos, centros de madres y otros organismos de la comunidad

0 comentarios:

ERES EL HISTORIADOR N°

contador de visitas

Busca Temas

ir arriba