Chile en el siglo XIX

Proceso de emancipación americana y de Chile

Los sucesos que provocan la emancipación política de América Latina en su conjunto constituyen parte de un proceso histórico que transcurre entre 1808 y 1824. Iniciado aquí, en las llamadas Indias, como una respuesta al movimiento juntista desarrollado en España para defender los derechos de Fernando VII, prisionero de Napoleón, tuvo en su comienzo carácter autonomista y federalista, para derivar finalmente en rebelión independentista. Se consuma con las guerras de independencia en toda América.

Este hecho de tanta trascendencia, ocurrido casi simultáneamente en casi todo el continente, ha sido objeto de interpretaciones múltiples. Sin pretender sostener que la emancipación puede ser explicada por el juego mecánico de causas y efectos, y sólo con el propósito de ilustrar respecto de la diversidad de criterio habido en el enfoque de un asunto asaz complejo, sintetizamos los motivos históricos considerados como causas de la independencia. Ellos pueden agruparse en dos grandes unidades:

Causas internas

Se les asigna valor negativo. La emancipación se ve como una lucha de reivindicaciones. Ellas serían: la deficiente administración, la relajación de costumbres, el régimen comercial de monopolio, la postergación de criollos y mestizos, el absolutismo y tiranía de la autoridad virreinal, las restricciones culturales y otras.

Causas externas




Tendrían carácter positivo; son hechos que promueven a la consecución del objetivo. Serían: la influencia de la filosofía de la Ilustración, el influjo que ejercen en los criollos ilustrados los políticos europeos, la influencia de la Revolución Francesa, el ejemplo de la independencia de los Estados Unidos, el papel desempeñado por las sociedades secretas, la participación activa de los jesuitas expulsados, etc.

A estos antecedentes se agregan, como hechos que apuran el proceso, la invasión de Napoleón en España y la reacción que provoca en América el absolutismo de Fernando VII, luego de su restauración en 1814.

Sin duda, todos estos hechos concurren a la explicación del fenómeno, pero su significación sólo alcanza sentido cuando se los ubica en la complejidad de su contexto. Por ello son necesarias algunas precisiones:

La independencia no se consuma con la constitución de las Juntas, tampoco en el momento en que ella se proclama. Se desarrolla en un período de aproximadamente catorce años y se logra cuando los ejércitos criollos derrotan a las fuerzas realistas en las llamadas "guerras de independencia ". Estas guerras tienen el carácter de guerra civil: se enfrentan casi siempre peninsulares y criollos, pero en ambos bandos hay de unos y otros. Este hecho explica que la lucha armada haya sido relativamente larga, a pesar de haber enviado España a América escasos contingentes militares.

Los hechos políticos y militares, definitorios del proceso, se enmarcan en tres momentos, originados por la aparición de tres coyunturas históricas de signo político, modificadoras de las estructuras vigentes en el tiempo. Ellas son:


La crisis monárquica de 1808, provocada por la abdicación de Fernando VII y Carlos IV a favor de Napoleón, cuya reacción es el movimiento juntista en España y América. En ésta, desde una actitud de fidelidad se deriva poco a poco al autonomismo separatista.

La reacción absolutista de 1814, que se manifiesta con la vuelta al poder de Fernando VII, quien desconoce la Constitución Liberal de 1812 e inaugura la política de pacificación de América. La respuesta americana al absolutismo fernandino será la propagación del ideal independentista a sectores sociales hasta ese instante ajenos al movimiento.

El movimiento liberal español de 1820, con el levantamiento de Riego, vuelve a imponer la constitución de 1812, desbarata el intento borbónico de enviar fuertes contingentes militares para pacificar América y causa la reacción de los grupos conservadores políticamente predominantes en México y Lima; estos grupos, para no someterse a los liberales españoles, favorecen ahora la independencia de sus regiones.


El movimiento independentista es de carácter localista, producto de los intereses regionales desarrollados. Se fragua en torno a las capitales de los centros administrativos indianos por la gravitación que ejercen los Cabildos de las ciudades metropolitanas. Su manifestación histórica posterior será la formación de Estados nacionales sobre supuestos sociales regionales.



La independencia de América presenta como nota característica un alto grado de complejidad, tanto en lo que concierne a los territorios como a los factores específicos. Sin embargo, tal heterogeneidad no supone falta de unidad: el hecho es uno que ocurre de modo propio en cada lugar. De allí que no se acepte definir todo el proceso revolucionario por un solo principio, como tampoco es válido aplicar una teoría a todas las regiones. Con todo, es posible admitir cierta generalidad.

Emancipación nacional

En 1810, Chile desarrolló un proceso igual que otras colonias españolas que rompieron sus vínculos políticos con la metrópoli. El 18 de septiembre de ese año (día que hoy es nuestra fiesta nacional), el cabildo de la ciudad de Santiago delegó sus poderes en un grupo de siete personas que conformaron la primera Junta de Gobierno. Este acto fue el inicio de un proceso que culminaría con la independencia chilena de España, después de más de dieciséis años en los que se mantuvo un estado de guerra intermitente con las tropas españolas enviadas desde Perú.


El 12 de febrero de 1817, las tropas realistas sufrieron una decisiva derrota en Chacabuco a manos del ejército patriota. Un año después, Bernardo O’Higgins, uno de los líderes revolucionarios, que había conocido a Francisco de Miranda en Londres, proclamó la independencia absoluta de Chile; no obstante, las tropas realistas controlaron casi la totalidad del sur del país hasta 1818, y no fueron expulsadas completamente hasta 1826.

El Decreto que nos llamó chilenos

Casi a los sesenta días de la batalla de Maipú, los nacidos en Chile comenzamos a llamarnos chilenos. Esta fue nuestra primera carta de ciudadanía y ella se hizo extensiva a todos los aborígenes o indios del país.

Así lo publica un decreto fechado en Santiago, el 3 de junio de 1818 y publicado en la Gaceta Ministerial de Chile, el 20 del mismo mes.

Su texto es el siguiente:

“Después de la gloriosa proclamación de nuestra Independencia, sostenida con la sangre de sus defensores, seria vergonzoso permitir el uso de fórmulas inventadas por el sistema colonial.

"Una de ellas es denominar españoles a los que por su calidad no están mezclados con otras razas, que antiguamente se llamaban malas. Supuesto que ya no dependemos de España, no debemos llamarnos españoles, sino chilenos. En consecuencia, mando que en toda clase de informaciones judiciales, sean por vía de pruebas en causas criminales, de limpieza de sangre, en proclama de casamientos, en las partidas de bautismo, confirmaciones, matrimonios y entierros, en lugar de la cláusula: Español natural de tal parte que hasta hoy se ha usado, se sustituya por la de chileno natural de tal parte; observándose en los demás la formula que distingue las clases: entendiéndose que respecto de los indios no debe hacerse diferencia alguna, sino denominarlos chilenos, según lo prevenido arriba.

“Transcríbase este derecho al Señor Gobernador del Obispado, para que lo circule a las Curias de esta Diócesis, encargándoles su observancia y circúlese a las referidas corporaciones y jueces de Estado; teniendo todo entendido que su infracción dará una idea de poca adhesión al sistema de la América y ser un suficiente mérito para formar un juicio infamatorio sobre la conducta política del desobediente para aplicarle las penas a que se hiciere digno.

“Promulgado por Bernardo O'Higgins Riquelme”

Organización nacional y república conservadora

Como resultado de la intensa lucha por conseguir independizarse totalmente de la corona española, O’Higgins, que en 1818 había sido nombrado director supremo de Chile, gobernó el país con poderes autoritarios hasta 1823, cuando la hostilidad popular contra su régimen le obligó a dimitir.

Se adoptaron dos constituciones (1823 y 1828) que intentaron organizar a Chile como una república, aunque las luchas por el poder entre diversas organizaciones mantuvieron a Chile inmerso en conflictos políticos hasta 1830. Ese año, los elementos conservadores al mando del general Joaquín Prieto organizaron una revolución y tomaron el control del gobierno; en 1831 Prieto se convirtió en presidente, aunque el personaje fundamental del gobierno fue Diego Portales, quien ocupó diversos cargos ministeriales durante la administración de Prieto.

En 1833 se adoptó una nueva constitución, que confería amplios poderes al Ejecutivo. En 1851 y 1859, los grupos liberales organizaron infructuosos intentos armados de arrebatar el poder a los conservadores.

A pesar de su carácter autoritario, el gobierno del Partido Conservador promovió una política interior que contribuyó sustancialmente al desarrollo comercial, minero y agrícola de Chile; se adoptaron medidas para explotar los recursos minerales, se construyeron ferrocarriles y se promovió la inmigración; además, se sentaron las bases del sistema escolar y se crearon instituciones culturales.

El principal acontecimiento en la política exterior chilena durante el periodo de predominio conservador fue la guerra que tuvo lugar en 1836 contra la Confederación Peruano-boliviana.

Gobierno liberal y guerras externas

Entretanto, en el Partido Conservador se habían producido divisiones como consecuencia de las desavenencias con la Iglesia católica. A partir de 1861, su ala más progresista, en coalición con el Partido Liberal, promovió una serie de reformas constitucionales, entre las que se encontraba la prohibición de la reelección presidencial consecutiva. Además se hicieron esfuerzos para promover el bienestar social, intensificándose asimismo el desarrollo de los recursos nacionales, en especial mediante la creación de nuevas vías ferroviarias, carreteras y un sistema postal.

En 1865, Chile se vio envuelto en una guerra entre España y Perú, en la cual participó por un fuerte sentimiento americanista en defensa de este último.

Poco después, Chile comenzó a explotar los valiosísimos yacimientos de nitratos del desierto de Atacama. Ante la intención de Bolivia de embargar las instalaciones salitreras del territorio, en febrero de 1879 el gobierno chileno ordenó la entrada de sus tropas en el puerto boliviano de Antofagasta; dos meses después Perú, aliado de Bolivia, declaró la guerra a Chile, iniciándose la Guerra del Pacífico.

Como consecuencia de su victoria en este conflicto, que acabó en 1883, Chile se anexionó un amplio territorio que englobaba las actuales regiones de Antofagasta y Tarapacá. Además, Perú cedió a Chile las ciudades de Tacna y Arica, a condición de que se celebrara un plebiscito diez años después para establecer la definitiva soberanía sobre las mismas.

Aunque ambos países no llegaron a un acuerdo en cuanto a las condiciones del plebiscito, las sucesivas negociaciones culminaron en 1929 (Tratado de Lima) volviendo Tacna a Perú y quedando Arica en manos de Chile.


José Manuel Balmaceda.
Guerra civil y catástrofes naturales
En 1891, una parte considerable de las fuerzas políticas representadas en el Congreso organizaron una rebelión contra la administración del presidente José Manuel Balmaceda, líder del Partido Liberal.

Bajo las órdenes del capitán Jorge Montt, oficial de la Armada, los rebeldes —que se autoproclamaron congresistas—, se hicieron con el mando de la flota chilena y controlaron las provincias del norte. En agosto derrotaron a un ejército gubernamental, tras las batallas de Concón y Placilla, en las cercanías de Valparaíso, que fue ocupada por los rebeldes, al igual que Santiago, con lo que la guerra quedó virtualmente terminada.

En el curso de la guerra civil se perdieron más de 10.000 vidas y fueron incalculables los daños materiales. Balmaceda se suicidó en septiembre. Poco después de la llegada de Montt a la presidencia, Chile ingresó en un largo periodo de pacífica reconstrucción.

Como concesión al sentimiento liberal que prevalecía en el país, Montt instituyó una serie de reformas, entre las que destacó la democratización del poder Ejecutivo. Los años siguientes estuvieron marcados por la creciente participación del pueblo chileno en la política, y por el incremento de la agitación política.

En agosto de 1906, un desastroso terremoto destruyó virtualmente Valparaíso y produjo graves daños en Santiago, muriendo más de 3.000 personas y quedando sin techo otras 100.000; no obstante, las regiones asoladas fueron rápidamente reconstruidas.

Población y Cambios Sociales

Chile era un país que se transformaba y cambiaba día a día, esto influyó en su población, ya que surgió con fuerza un proceso de urbanización.

En 1865, la población urbana representaba sólo un 21,8 por ciento de la población total del país que era de 1.819.000 habitantes. A finales de siglo ésta aumentó un 34,1 por ciento,siendo la población total del país 2.695.000 de habitantes. Esto se debió en parte a la ampliación de la red de ferrocarriles y a la creciente actividad económica, que permitió la creación de nuevas ciudades y pueblos con la consiguiente migración hacia ellos.

Ver: La "cuestión social"

Los cambios no sólo se produjeron en el número y estructura de la población, sino que también en los diferentes grupos sociales. Se trataba de una sociedad cada día más compleja.

En los puertos y minas se apreciaba una actividad febril. Llegaban numerosos vapores, los pitos de los trenes llenaban el aire y las misteriosas bombillas de gas alumbraban el centro de Santiago, que trataba de parecerse a París.

La clase dirigente, había cambiado. A las antiguas y tradicionales familias se les había unido un sector emergente recientemente enriquecido en las actividades mineras, empresariales y bancarias, dando origen a una oligarquía que manejaba las riendas del país.

Los sectores medios se transformaron en un creciente grupo, favorecidos por el acceso a la educación. Lo conformaban profesionales, pequeños empresarios, comerciantes, empleados y militares.

Los cambios económicos y sociales dieron origen a un naciente proletariado conformado por obreros que recibían un salario por su trabajo, ubicándose éstos en los puertos, industrias, ferrocarriles y labores mineras. De este nacieron las primeras organizaciones obreras que lucharon por obtener mejores sueldos y condiciones de vida.

La vida rural no tuvo grandes transformaciones por todos los cambios que vivía el país; en el campo los días pasaban casi igual que a principios de siglo, el tiempo se regía por las siembras y cosechas. Persistía la gran propiedad llama latifundio y el trabajo aún se basaba en el inquilinaje, en el trabajo del campesino para el patrón a cambio de un lugar donde vivir y alimento.

Cultura

Lo considerado desarrollo cultural tiene que ver con el concepto de cultura que se maneje. Usualmente hablamos de alguien culto cuando esa persona maneja determinado tipo de conocimiento o tiene cualidades en su forma de hablar o vestir que se consideran "las correctas", así, la música clásica es culta, pero la Guaracha no parece serlo tanto.

Lo cierto es que desde un punto de vista social más complejo la cultura no es sólo la música, la pintura y el lenguaje, sino que todas las cosas que los seres humanos hacen y creen. También es incorrecto hablar de culturas mejores o peores.

Debemos tener claro que la cultura a que aspiraban las clases dominantes del país en este periodo histórico era la que veían en Europa, de esa forma comenzaron a crear universidades y seguir tendencias artísticas del viejo mundo, desechando la tradición cultural Latinoamericana de antes de la conquista de los españoles, considerándola muestra de atraso.

Las Universidades en Chile

En 1843 se fundó la Universidad de Chile, que remplazó a la antigua Universidad de San Felipe. Inicialmente esta casa de estudios se dedicó solamente a la investigación y a la difusión de la cultura. Más adelante asume tareas de formación de profesionales que el país necesitaba. Entre las primeras carreras que se impartieron están leyes, medicina, ingeniería y arquitectura.


Otros centros de educación superior formados en el siglo XIX fueron el Instituto Pedagógico, fundado en 1889 bajo la presidencia de Balmaceda, que tenía por objeto mejorar la enseñanza de los profesores de enseñanza secundaria.

La Universidad Católica, fundada en 1888 por el Arzobispo Mariano Casanova, que designa la rectoría a Joaquín Larraín. Su fundación correspondía con la necesidad de la iglesia de contar con un centro de educación que se identificara con los católicos.

En 1887 se legalizó la incorporación de la mujer a la Universidad.

Andrés Bello

Un personaje importante que contribuyó mucho al desarrollo del conocimiento fue Andrés Bello, y a través de su vida podemos darnos cuenta de sus aportes y las necesidades culturales que existían en ese momento. (Ver Biografías: Bello, Andrés)

La literatura

Alberto Blest Gana

La novela constituyó la forma literaria más característica de época. Entre los novelistas chilenos del período figura Alberto Blest Gana. De tendencia costumbrista, este autor estaba dotado de una gran capacidad para captar las principales características de cada uno de los períodos históricos en que ambientó sus diversas novelas. Entre sus obras se mencionan: "Martín Rivas", "El ideal de un calavera", "El loco estero", y "Durante la Reconquista" estas tres últimas de fines del siglo XIX.

Los cambios sociales económicos y políticos producidos con el desarrollo de la República Parlamentaria, unidos a la nuevas tendencias de carácter social produjeron un cambio en la novela chilena. Junto a la temática histórico-costumbrista del anterior aparecen nuevas tendencias, entre ellas: Naturalismo: que describe la naturaleza de los hombres y las cosas. Su principal representante fue Luis Orrego Luco, quien en sus obras "Idilio Nuevo" y "Casa Grande" describe la sociedad de su época, en especial la oligarquía.

Dentro del naturalismo y dando inicio a la literatura de contenido social aquella que relata la vida de los miles de chilenos que no son grandes personajes de la historia ni de la clase alta destacó Baldomero quien en sus obras "Sub-Terra" y "Sub-Sole", describe la realidad de las clases trabajadoras.

También se desarrolla el criollismo, tendencia literaria que tuvo como principal temática el campo, como una realidad poblada de seres humanos con costumbres, valores y problemas propios. El principal representante de esta vertiente del naturalismo fue Mariano Latorre, con sus obras "Cuentos de Maule"

El arte
“Escena campesina”, Pedro Lira

La pintura chilena alcanza un notable desarrollo entre fines del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX con los llamados "Cuatro grandes maestros".

Formados en la Academia de Bellas Artes, fundada en 1859 tuvieron una fuerte inspiración francesa que se expresó desde el Neoclasicismo hasta el Impresionismo. Ellos fueron: Pedro Lira, Alfredo Valenzuela Puelma, Juan Francisco González y Alberto Valenzuela Llanos.

Economía

Período de notable desarrollo económico. La producción de plata, cobre y carbón alcanza altos niveles. El salitre se transforma en el principal recurso tras el triunfo en la Guerra del Pacífico. Las exportaciones hacen de Chile una nación altamente dependiente de su comercio exterior. La usurpación de territorios indígenas por parte del estado chileno, incorporando la Araucanía aumenta la producción agrícola, especialmente de trigo.


Se forma la Sociedad de Fomento Fabril para estimular la producción industrial.

La inserción de Chile al proceso de desarrollo productivo y tecnológico iniciado por la Revolución Industrial fue tardío. La energía a vapor se comenzó a utilizar en la navegación hacia 1840, en la minería del carbón hacia 1850 y en el transporte ferroviario hacia 1851. Estas tres áreas en las cuales se incorporó el vapor ejercieron un efecto transformador importante. Su existencia exigió la creación de talleres de mantención y maestranzas, dando origen a establecimientos industriales modernos, los cuales empleaban a más de diez personas, usaban el vapor como fuente de energía y pagaban salarios.

Dentro de las características del sector industrial podemos mencionar que su capitalización provino del sector comercial. La participación de extranjeros fue alta y el mayor número de industrias se ubicó en los rubros metal mecánico y de alimentos.

Hacia 1876, se contabilizaron 127 industrias ubicadas en su mayoría en el eje Santiago-Valparaíso y Tomé-Lota. Algunas de las fábricas más importantes eran la Refinería de Azúcar de Viña del Mar, la fábrica de Paños Bellavista en Tomé, la fábrica de ladrillos Refractarios de Lota y la fábrica de Cerveza Anwandter en Valdivia. Inclusive durante la Guerra del Pacífico el abastecimiento de las tropas se hizo en su mayoría con productos nacionales.

Para abordar más en profundidad cada una de las etapas o acontecimientos reseñados, dividiremos este periodo de la Historia de Chile en los capítulos o apartados que se indican:


  La independencia que viene España en crisis   Patria Vieja
 
Primer Congreso Nacional   Las armas defienden a la Patria Vieja Reconquista española
 
Patria Nueva Primera Escuadra, gobierno y abdicación de O´Higgins

Lucha por la organizacióno Anarquía

 
Gobierno de Joaquín Prieto (1831 - 1841) Constitución de 1833 Diego Portales regresa a la politica
 
Gobierno de Manuel Bulnes (1841 - 1851) Gobierno de Manuel Montt (1851 - 1861) Transformación de la sociedad
 
  Época de expansión (1861-1891)   Gobierno de José Joaquín Pérez (1861-1871) Gobierno de Federico Errázuriz Zañartu (1871-1876)
 
  Gobierno
de Aníbal Pinto Garmendia (1876-1881)
  Guerra
del Pacífico
  Salitreras chilenas
 
  Gobierno
de Domingo Santa María (1881-1886)
  Gobierno de José Manuel Balmaceda (1886-1891)    


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